domingo, 26 de noviembre de 2017

Federico Cantú 1907-1989 obras Sacras

El Evangelio de Mateo (en griego Κατὰ Ματθαῖον εὐαγγέλιον, Katá Mattháīon evangélion) es uno de los cuatro Evangelios del Nuevo Testamento


Los evangelios son tradicionalmente impresos con Mateo primero porque todas las listas primitivas que existen de los evangelios lo ponen como el primero (tradición recogida y defendida). Es seguido por  Marcos, Lucas y Juan en dicho orden
Colección de Arte Cantú Y de Teresa

lunes, 20 de noviembre de 2017

La Revolución mexicana fue un conflicto armado que se inició en México el 20 de noviembre de 1910. Hoy en día, suele ser referido como el acontecimiento político y social más importante del siglo XX en México.


Los antecedentes del conflicto se remontan a la situación de México bajo el porfiriato. Desde 1876 ejerció el poder en el país de manera dictatorial. La situación se prolongó 31 años, durante los cuales México experimentó un notable crecimiento económico y tuvo estabilidad política. Estos logros se realizaron con altos costos económicos y sociales, que pagaron los estratos menos favorecidos de la sociedad y la oposición política al régimen de Díaz. Durante la primera década del siglo XX estallaron varias crisis en diversas esferas de la vida nacional, que reflejaban el creciente descontento de algunos sectores con el porfiriato.



Cuando Díaz aseguró en una entrevista que se retiraría al finalizar su mandato sin buscar la reelección, la situación política comenzó a agitarse. La oposición al Gobierno cobró relevancia ante la postura manifestada por Díaz. En ese contexto, Francisco I. Madero realizó diversas giras en el país con miras a formar un partido político que eligiera a sus candidatos en una asamblea nacional y compitiera en las elecciones. Díaz lanzó una nueva candidatura a la presidencia y Madero fue arrestado en San Luis Potosí por sedición. Durante su estancia en la cárcel se llevaron a cabo las elecciones que dieron el triunfo a Díaz.



miércoles, 8 de noviembre de 2017

Orfeo



No hacen mención de Orfeo ni Homero ni Hesíodo, pero era conocido en la época de Ibico (ca. 530 a. C.), y Píndaro (522 — 442 a. C.) se refiere a él como «el padre de los cantos».
Desde el siglo VI a. C. en adelante fue considerado como uno de los principales poetas y músicos de la Antigüedad, el inventor de la cítara y quien añadió dos cuerdas a la lira: antes, la lira tenía siete cuerdas; la lira de Orfeo, nueve, en honor a las nueve musas.1​ Con su música, Orfeo era capaz no solo de calmar a las bestias salvajes, sino incluso de mover árboles y rocas y detener el curso de los ríos. Como músico célebre, fue con los Argonautas en busca del vellocino de oro. Se le supone como uno de los pioneros de la civilización, habiendo enseñado a la humanidad las artes de la medicina, la escritura y la agricultura. En su aspecto más conectado con la vida religiosa, fue augur y profeta. Practicó las artes de la magia, en especial la astrología. Fundó o hizo accesibles muchos cultos importantes, como los de Apolo y Dioniso; instituyó ritos místicos, tanto públicos como privados; prescribió rituales iniciatorios y de purificación. Se dice que visitó Egipto y que allí se familiarizó con los escritos de Moisés, y con la doctrina de una vida futura.