La Epifanía es una de las fiestas litúrgicas cristianas más antiguas, instituida a finales del siglo III y a lo largo del IV en las distintas iglesias orientales. Ya desde mucho antes se venían celebrando en esa fecha otras festividades del mismo nombre por parte de varios cultos paganos, como ocurría en Grecia el 6 de enero en honor de Dioniso y en Alejandría (Egipto, de donde posiblemente procedía) en la noche del 5 al 6 de enero para conmemorar el nacimiento de Aion o Eón, hecho relatado por el autor cristiano Epifanio en el siglo IV.
En el siglo XV existía en Florencia la Compagnia dei Magi o Compagnia della Stella, una de las congregaciones más importantes de la ciudad, protegida por los Médici, que tenían una particular devoción por los Magos (les dedicaron la Cappella dei Magi en su palacio -con frescos de Benozzo Gozzoli- y la Adoración de los Magos de Fra Angélico en la capilla de Cosme el Viejo en el convento de San Marcos). Esta hermandad imitaba cada tres años (desde 1447 cada cinco) el viaje de los Reyes Magos por las calles de Florencia, uno de los festejos más suntuosos de la ciudad toscana.
Los Magos llevaron al Niño Jesús, según cuenta el Evangelio de Mateo. Este evangelio menciona que unos Magos siguieron una brillante estrella para adorar y llevar regalos al Niño Jesús.
Según la tradición, Gaspar, Melchor y Baltasar (según ciertas creencias representan a Europa, Asia, y África, respectivamente) llegaron en un caballo, en un camello y un elefante (o en tres camellos dependiendo del país) trayendo consigo oro, incienso y mirra.
Cada año, el 11 de noviembre, se celebra en Alemania la tradicional fiesta de los faroles.
Que bien nos recuerda la travesía de Los reyes Magos . Los niños fabrican, con cartón papel, una vela y un pedazo de alambre, un farol que ilumina su recorrido durante la noche de San Martín. Unos días antes de esta fiesta, los niños comienzan a prepararse para el recorrido nocturno, ensayando canciones... San Martín fue un legionario romano que, en una noche fría, se topó con un mendigo que le pidió limosna. El soldado no llevaba dinero y decidió compartir con él su capa para que no tuviera frío. Se la quitó y la cortó por la mitad con su espada para cubrirlo.
Cuenta la leyenda que San Martín recibió la visita de Dios el día siguiente para agradecer su gesto de generosidad. Fue así como, el entonces soldado, decidió dedicar su vida al servicio religioso. En el año 372 fue elegido obispo de Tours, ciudad en la que murió más tarde. Pero la trama nos lleva a el cuarto Rey mago que perdió su camino para atender al desvalido y al no encontrar el camino los niños suman su luminosas lámparas para guiarlo!
Artabán
El zigurat de Borsippa, con sus altos muros y siete pisos, era el punto de encuentro de los cuatro reyes e inicio de la travesía conjunta. Hacia allí acudía Artabán, con un diamante protector de la isla de Méroe, un pedazo de jaspede Chipre, y un fulgurante rubí de las Sirtes como triple ofrenda al Niño Dios, cuando topó en su camino un viejo moribundo y desahuciado por bandidos: interrumpió el rey su viaje, curó sus heridas y le ofreció el diamante al viejo como capital para proseguir el camino. Llegado a Borsippa, sus compañeros de viaje habían partido.
Continuó en soledad en pos de su destino, pero arribado a Judea, no encontró ni a los Reyes ni al Redentor, sino hordas de soldados de Herodes degollando a recién nacidos: a uno de ellos, que con una mano sostenía a un niño y en la otra blandía afilada espada, ofrece el rubí destinado al Hijo de Dios a cambio de la vida del niño. En esta actitud es sorprendido: es apresado y encerrado bajo llave en el palacio de Jerusalén.
Sin duda empezamos el camino con la fiesta de “La terne” seguidos de “la Natividad” para llegar a la Epifanía y recordarla con la Rosca de Reyes .