La obra de Federico Cantú incluye la historia, la mitología, la religión el nacionalismo, que se funden en composiciones de paisajes habitados de Mexicaniada y tradición ,flora , fauna , simbolismo y color , sin embargo mucha de su obra camina dentro de los limites occidentales y mas aun en lo religioso donde va en busca de los considerado como “Renacimiento Clásico” los trazos el concepto nos mantiene atentos a la europeización de su obra
En 1957 despues de haber concluido dos grandes obras murales dedicadas a el arte sacro Cantú acepta otro reto por encargo , esta vez se trata de “La Capilla de los Misioneros de Guadalupe” en el pueblo de Tlalpan
Dotado de Planos arquitectónicos , Cantú inicia el tema central con la imagen de la Virgen de Guadalupe acompañada de múltiples colores que reflejarían a manera de papel picado las grandes celosías laterales de la iglesia
De manera lateral una serie de vitrales con temas bíblicos adornarían la parte horizontal de la vista, dejando para el friso lateral el desarrollo del viacrucis a manera de fresco en grisalla
Uno de los primeros bocetos fue el tema de la resurrección que vendría muy bien a el tema de la capilla , sin embrago al acomodar las imagen de vitrales partiendo de cuatro puntos los temas bíblicos, solo quedaron en los extremos los cuatro apóstoles con sus respectivos evangelios , abordando primeramente el tema de la anunciación concluyendo en el extremo opuesto el Cristo muerto
Estas pequeñas viñetas quedaron fuera del proyecto final, sin embargo muestran el concepto espiritual y la interpretación muy personal que Federico le da a el tema de la resurrección
Adolfo Cantú
Textos Adolfo Cantú
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